Add parallel Print Page Options

Al encontrarla, la pone sobre sus hombros, gozoso. Cuando llega a su casa, reúne a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: “Alégrense conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido”. Les digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.

Read full chapter